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Bienvenidos a línea abierta, su programa de Discusión y Comentario ofrecido por Radio de Línguedes del Fresno California, con auspicio parcial de la Corporación para la Difusión Pública y la Fundación California Endowment. Hoy presentamos en edición especial de línea abierta el documental El Oro de Acala, el reino algodonero del Rio Grande. Este documental, producido por Ken Patterson y Border Views 2000, documenta la historia poco conocida del reino algodonero de Tejas y Nuevo México desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días. Entre los temas que se abordan están los efectos de la presa Elephan Views en las tierras de los Ispanos de Nuevo México, las huelgas de trabajadores agrícolas cerca del Roswell Nuevo México y El Paso Tejas durante los años 30, el programa de Braceros y el desarrollo del algodon Acala como una de las cosechas más lucrativas en los desiertos del suroeste. El narrador del Oro de Acala
es el poeta Jesús Guzman de El Paso Tejas. El algodon se ha dicho que es la tela de nuestras vidas, pero a través de la historia esta planta ha jugado un papel más grande que la moda. El algodon fue la base para la revolución industrial. Más delante en los EE.UU. de los Estados Unidos fue el gran campo de la esclavitud y contribuyó al estallido de la Guerra Civil de 1861. Después, en los valles del suroeste, el algodon cambió para siempre la vida de los granjeros, los obreros y la tierra. Pajo la mirada de las montañas Orben, corre el agua de una sequea en el valle del Rio Bravo o Rio Grande de Nuevo México. Muy cerca de aquí, en cuevas, los
arqueólogos descubrieron trozos de algodon provenientes de los siglos antes de la era cristiana. Más tarde, los conquistadores españoles observaron el algodon creciendo entre los campos de los indígenas. Después del siglo XVI, los colonizadores españoles y mexicanos fundaron ranchitos a lo largo y ancho de este valle. Se fundaron pueblitos como sanilizario en Texas, cerca de la frontera moderna con Nuevo México y México. Cada año se celebra las fiestas de sanilizario y en el valle del paso la fiesta de San Lorenzo. Es una de las tradiciones que sobrevive de una cultura sumamente agrícula, pasada en la cultivación de tierra y la religión católica. Era un pueblo muy pacífico, donde la gente todos nos conocíamos y no había necesidad de cerrar sus puertas con llave porque nadie
va a entrar a robar. Olga Hernández es de sanilizario Texas. Ella describe como era la vida de la gente de hace 60 años. En esa ocasión llevaban la espata de sanicidro a los diferentes ranchos y bendecían las tierras. Al norte de sanilizario, en el estado de el Nuevo México está la presa del elefante, nombrada así porque se parece a la cara del animal. Hoy en día sirve como un centro recreativo muy destacado para ciudades como albuquerque y el paso. En este día la gente concluye un torneo de pesca, pero el lago tiene otra historia. Terminado en el año 1916, este proyecto cambió dramáticamente
el valle desde donde empieza hasta lo de termina en el paso dejas y jueares México. En particular verduras de mucho tipo y de frutas, árboles de fruta, de todos tipos de cereza, de durasno y de pera. El doctor Dennis Valdez es profesor de historia y de estudios chicanos en la Universidad de Minnesota. Todos que han estudiado este proceso de la construcción de la presa, de la mesa del elefante, en el año 1905, 1908, fue como 90% de la población de los terratenientes en la zona del río, eran mexicanos por el año 1925 o 30. Casi todos perdieron sus tierras, había pocos como 10, 15%, los demás
eran anglos, o es decir, este proceso fue resultado de la construcción de la presa y los mexicanos perdieron. La segunda parte, cuando dice que se pusieron en trabajadores de crícolas, algunos y otros no, o es decir, una buena parte movieron a las ciudades a Denver, al paso a las cruces para trabajar, como trabajadores, pero en las ciudades, algunos compraron casas, pero en la ciudad, y se apartaron de en la tierra. Durante los años 20, muchas desmontadoras de algodón, como esta, ya operaban por el sur de nuevo México y el oeste de Tejas. Al principio, el negocio fue impulsado de una manera importante por la compañía gigante de Anderson Clayton, de Houston Tejas.
Hacida, como la ganja, algodonera más grande del mundo. Anderson Clayton financió a los algodoneros que acapararon mucha de la cosecha. Según Olgas Hernández, el algodón jugó un papel muy importante en la economía del contado del paso. Si oí el sumbidito entre la noche, porque toda la noche estaban trabajando para poder hacer aquellas pacas. V varias, varias pacas se veían en el patio del Gen. Y de ahí las vendían nada. Cada, al que tenía mucho dinero, sacaría mucha tierra, sacaría 4, 5 pacas y eso era con lo que vivía todo el año. El pobre, que tenía más unos cuantos acres, sacaría una paca y después con eso vivía. Sam Sanchez también es originario de San Delizario
y los Tejas. El trabajo del algodón consistía de manualmente hacer toda la labor, sembrar, regar y desayjar el algodón, porque el mayor parte del de lo que se sembra a ver el algodón era lo que producía más ganancias. En ese tiempo no había mucha ayuda excepto la ayuda que había en cada familia. La familia de que tenía más hijos había más modo de trabajar la labor. Yo como pequeño me acuerdo que yo le ayude a mi papá, también como junto con mis hermanos, a trabajar la labor. Nosotros sembrabamos, primeramente a caballo, todo se hacía con cultivadoras y sembradoras jaladas por caballo. Nos
nos diamos el trabajo, después el tiempo de usar el azadón en el desayje, desajábamos las matitas, dejábamos cada 12 pulgadas, una o dos matitas de algodón para que se diera o producir a mejor el producto. Después que ya crecía, empezaba hecho a flor, le poníamos una especie de insicticida para proteger la planta. La aplicábamos en un modo muy crudo y apándose así a una especie de bolsas hechas de potense y ahí adentro del potense ponía la insicticida en polvo. Ese polvo la aplicábamos, extendiendo los brazos, una bolsa en cada mano y agarrábamos dos surcos y nos íbamos caminando, sacudiendo la bolsa en cada mata hasta que llegábamos al fondo y así aplicábamos la insicticida. Después
los riesgos, era todo eso, era en la noche normalmente, teníamos las linternas donde lo usábamos en la noche. En los años antes de la introducción de la maquinaria de cosechar, la mano de obra fue necesaria para piscar el algodón. Aunque los familiares de los algodoneros pequeños formaron parte de la fuerza laboral de los piscadores, por lo pronto los inmigrantes mexicanos se convirtieron en el sector brero más importante de los campos, el profesor de desvalidez. En todos estados del sureste, había una influencia mexicana enorme en la industria de algodón. Lo que se distingue lo de nuevo México es que había un porcentaje de inmigrantes de México más alta. En Texas, durante a partir de los años 30 hasta los años 60, incluso con los brazeros y gente indocumentada, había una ola de inmigración de
Texas, o es decir, mexicanos nacidos en Texas, crecidos en Texas, que migraron a los diferentes partes del estado, en particular, desde el valle de Texas en el sur hacia corpus, hacia Dallas, hacia el norte de Texas, a veces hasta el oeste. Incluso con los demás mexicanos sin ciertos piles, había México tejanos y brazeros en el mismo lugar, piscando el mismo algodón. La diferencia es que aquí en Nuevo México no había una población tejana tan grande, ni había nuevos mexicanos de generaciones antiguas que tomaron un papel muy grande en la industria, que se había, pero no tantos. Poblado por los mexicanos y sus descendientes, el campo al sur de la presa del elefante se cambió en términos físicos y sociales después de su construcción. Llegaron muchos anglosajones
como el difunto Walter Archer, proveniente de Alabama, Archer se trasladó a Nuevo México con su familia a principios del siglo. Para Archer, esta fue una lección de aprender a cultivar y cosechar el algodón en un clima distinto de su tierra natal. Por supuesto, hubo un sistema de regadío, que es una agricultura totalmente diferente a la agricultura de Alabama, porque allá es estrictamente lluvia, y aquí el terreno no era plano. Entonces tenía uno que costuir canales cruzados para mojar la tierra. La tierra no estaba anivelada y entonces tuvimos gusanos en el algodón. No hubo en secticidas. Usábamos a sufre con una bolsa en cada lado de un palo que fue puesto en un caballo y se rebotaba
en la montura para sacudirlo en el algodón para matar así a los gusanos. Aquí en el paso Tejas, en 1926 se fundó una cooperativa de granjeros que se llama Sué, la cual se llama los cultivadores de riesgo del sudoeste. El suig molía la semilla para hacer alimentación ganadera, aceites para la dieta humana y hasta para hacer explosivos. El paso se convirtió en el centro de una industria algodonera muy famosa que se extendía desde Tejas hacia nuevo México y al sueste de Arizona. En las cercanías del paso crecieron las industrias algodoneras, textileras y del vestido. Miles se dedicaban a trabajar en los campos y los molinos. Gilberto Vargas de Cleentejas recuerda el trabajo de su papá
en uno de los molinos. Pero se ganaba 50 centavos, 75 centavos al día trabajando en los rancos, en la agricultura. Los que trabajaban acá arriba de las lomas de Cleente, cuidaban ganado, pues ganaban menos. Ahí les daban comida y 5 dólares al mes, pero eran entres que no tenían familias, los las que tenían familias como papá, mis aguelos y todo. Tenían que defender de algo poquito mejor. Mi papá trabajó en el Clapnciro del Mero aquí en Cleente. A veces se venía a pie, son tres millas. A veces se venía a pie por entre las nives, por eso se venía a Carlos. El trabajo del 1926, al 46, 20 años, ahí en el Clapnciro del Mero, ganaba dos dólares al día. Era mucho mejor que trabajar en los rancos. Y el trabajo de él era reparar
la voila, la caldera. Y untar todos los lo que es movible de bandas y todo eso, reparar, reparar los, la maquinaria que estaba tejada con láminas, unos edificios muy grandes de pura lámina. He dado de hacían el aceite y la harino lina que le hacían para el ganado y era el trabajo de mi papá, era uno de los trabajos más importantes, porque lo demás era trabajo rústico. A pesar de las ganancias, los piscadores encontraron condiciones básicas y malas. El profesor Dennis Valdez es investigador de la historia de los campesinos de los Estados Unidos. Uno puede decir que en los años 20 eran condiciones rudamentarias, seguramente por el estado de Nuevo México, vivían entiendas, vivían en el aire fresco, a veces, o en chantes, en
lugares de lo peor. En los años 30 fue una situación terrible, porque la crisis económica mundial, incluso aquí en Nuevo México, y hasta al punto en que anglos vinieron los migrantes de oclajomo, de arcances, de tejas, los anglos para piscar el algodón. El reino del algodón sufrió golpes duros a principios de los años 30. El periodo de la depresión mundial, de 1929 hasta los principios de los años 30 cayó el precio del algodón, que recibían los granjeros, de 16 centavos de la Libra a 5 centavos. Unos bancos quebraron y algunos cultivadores perdieron su tierra. En el paso tejas los piscadores se declararon en Welga, y Holanda Leyva es profesora de historia en
la Universidad de Tejas en San Antonio. Cuando entró la gente intentando romper la organización, diciendo a los gringos, ustedes no necesitan organizarse con los mexicanos, esto no funcionó porque ambos anglos-americanos y mexicanos en esta asociación, dijeron que tenían un interés común. Somos trabajadores necesitamos mejores condiciones laborales, necesitamos mejores vueltos. Entonces, ellos se reúnen en el otoño de 1933, imediatamente peden un incremento de 40 centavos por cada 100 libras de algodón recogido, cuyo precio inicial fue de 75 centavos. Los huelgistas ganaron las impatías de la prensa ispanoparlante en el paso, pero las autoridades sangrosajonas colaboraron con los granjeros para reprimir la huelga. Los que también instituyen en el otoño de 1931 es intentar forzar a la gente a piscar
por estos sueldos bajos, es la política que ellos llaman trabajo o cárcel. Además, es una campaña contra la vacancia, para la gente, ellos paran a la gente mexicana y dicen, tú tienes un trabajo y si esa persona dice que no, entonces en ese momento le dan dos elecciones, pueden trabajar como prensa en la cárcel del condado o pueden piscar el otoño. En el suelo éste y el resto de los Estados Unidos, los años 30 representaron el surgimiento de un nuevo movimiento laboral. En el valle de Pecos, el nuevo México, también en el año
de 1933, el Partido Comunista de los Estados Unidos ayudó e influyó otra huelga de campesinos que reclamaban pagos en efectivo, en vez de ropa y comida. Aunque los piscadores de algodón en Texas y nuevo México nunca lograron tener un sindicato establecido con contratos, sus acciones contribuyeron al nacimiento de una fuerza importante en la vida política de los Estados Unidos, la mano de obra organizada. Trastanto, al norte del paso, en el pueblo de las cruces, nuevo México, investigadores de un colegio pequeño trataban de crear una senvilla mejorada para esta región árida.
El doctor G. N. Estoman experimentaba con semillas de algodón del área de Acalá, un pueblo ubicado en el estado sueño mexicano de Chiapas. Por fin, a finales de los años 30, Stoman anunció la variedad Acalá 1517. Este algodón causó una revolución en la industria. El agronomo Glenn Stetten trabajó con Stoman hace más de 60 años. Atonces, ese algodón, Acalá 1517, se fue a California, el criador de plantas George Harrison despues de una selección, logró realizar una variedad que llamaron 4-4-2. Esa es simplemente revolucionó la producción de algodón y todo la industria en el valle de San Joaquín. Y logró ser una variedad mundialmente famosa de algodón. Y entonces, fue a Arizona y lo cruzaron con el Santa Ana Cala y lograron a Arizona 44. Entonces, ese trabajo fue
verdaderamente responsable de cambiar todo el algodón regado de lo este, de un producto que Inaria quería, a un producto de calidad que pagaba dividendos, que pagaba bonos por Libra. Según los observadores, el Acalá 1517 fue responsable para la creación de ganancias de billones de dólares en el Occidente de los Estados Unidos. Algunos se enriquecieron. En la década de los años 40, los vientos de guerra descendieron hacia los Estados Unidos, en la batalla en contra de los fascistas, muchos de los hijos mexicanos se fueron a la guerra y algunos nunca regresaron. O como en el caso de Hilbert Ubargas regresaron heridos. Todavía estaba muy duro las batallas en Guadacaná, en la Irla Madrán de las Salomonas.
Las irlas estas, las controlaban los ingleses, sembraban a Coco y para la cortale toda la fibra y la agua, todos logran. Todavía era la Mane Crosa y Mane Crosa en Guadacaná y había muchos nervios que no estaban educados, estaban como esclavos de los ingleses. Era el mosquito de Malaria, nos daban a la brain antes de cada comida y hasta que nos ponían los estómagos por fuera amarillos, entonces ya podíamos dejar de tomarla unos días. Pero el que no la tomaba le pegaba la Malaria, la Malaria es una enfermedad para aquellos que no saben
que entra como frío, como que tiene uno mucho frío, pero muy dolorosa todo el cuerpo. Y esa era lo que oró. Una de las cosas que sufrieron más allá fue Zababnaus, que de las bombas que dejaban cerca de los elfos. Por causa de la ausencia de tantos hombres, las mujeres y niños tenían que elaborar más en los campos algodoneros. Sin embargo, sus manos no fueron suficientes para piscar toda la cosecha. Por lo tanto, el gobierno estadounidense utilizó a los prisioneros de guerra. De la noche a la mañana, los alemanes e italianos se convirtieron en piscadores. Los trajeron desde Europa hasta los campos del suroeste. Olga Hernández de Tejas lo recuerda. Los llevaban en camiones, ¿verdad? Y ellos se saludaban, los prisioneros y nosotros también pero eso fue de la guerra mundial, y ya fue el 43-44.
Sin embargo, los granjeros buscaban un sistema laboral permanente, establecido entre México y los Estados Unidos en el año de 1942. El programa de los brazeros dio empleo a miles de mexicanos que cruzaron la frontera cada año hasta con contratos de gales en la mano. Pero antes de que entranan a los campos, los inspectores de los Estados Unidos les daban exámenes médicos a los brazeros. Fue unos años de la famosa ola de los brazeros. Raúl Granados fue uno de los millones de trabajadores que eventualmente llegó a el norte.
Cuando nosotros entramos de Juarez a Nuevo México, estuvimos ahí en Juarez, nos seleccionaron también y luego ya nos entramos al paso, nos pasaron y luego de allí nos mandaron en camiones agrego vista, que está bastante lejos del paso, imagino como una hora y cruzcas del camino. En ese tiempo hubo una manera de que arregló mucha gente, muchísima gente. Había unas líneas como si jugamos brazeros ahí en Juarez, ahí en el consulado, en el consulado americano de Juarez. Había unas líneotas y hijo, la grandisísima. Y ahí se está hasta que te toca llegar a entrar a la oficina. La manera de que yo arreglé a residencia fue que mi patrón me ayudó mucho para que la residencia. Hoy en día se quedan en la frontera
algunos ex-brazeros, los veteranos de la Guerra de Algodón, aquí en el centro de trabajadores agrícolas de El Paso, Texas. Recuerdan sus experiencias, estos ex trabajadores del Algodón. Es el que no sabía pues no sea nada, pero como en el cuento de que en este uno mover las manos y moviendo bastante las manos y luego saber uno agarrar el algodón y todo y lo haciendo bolita, porque muchos agarraban. Bueno, cuando yo empecé a agarrar a la motita del algodón y le echaba en el costal, porque no sea nada. Entonces ya hubo personas que sabían y lo mejor no, mire agarrar y lo usted vaya piscando y va llenándolo, vega bolita y lo ve yando al costal y también no se ponga sacudilo, no me da este a aprensarlo, porque me metí en él, para aprensarlo. Entonces ya no nos ha metido así, no, pues pierde
mucho tiempo, nos mayores, les acude a la oficina y vea de la rápida toda la coceza, vea, ya nos íbamos con el pesador y no, pues ya iba yo más recién, el tremado más iba piscando más, vea, por eso. ¿Dónde vivían ustedes? Nos daban unas casas, unas casas para vivir, donde cabíamos su, bueno, me tocó donde, donde unos veinte, veinticuatro, veinticinco, nos más gente, ve, pero divididos, ahí vivíamos, nos daban casas a nosotros, nos daban médicos, todo eso, pues no me dijo especial, pero nos llevaban pastillas para que nos daba un dolor de cabeza, vea, por eso y en el día nos llevaban una tina con mucho hielo y sodas para tomar, ve, nos regalaban todo eso, en ese tiempo nos regalaban a nosotros la toda y luego en las noches estaban y vinieron y llevaban otra vez toda. Yo trabajé
desde comenzar a sembrar, a regar, a escarlar, a piscar, a desbarar, a disquiar, todo ese trabajo lo hice. En ese tiempo lo más que hacía uno, bueno, yo llegué a Calmortón, en este en estanto llegué a piscar quinienta libras, fue un de piscue más, en pecos, cuatrocientas, de trescientas, cuatrocientas, aquí nientes, en pecos, si minó el tejas también andudo, en si minó el tejas también andudo, allá se piscaba nada más, le nombran mapeo con todo el hueso, la piscada de algodón, pues sí, sí, es duro, porque tienen lo que andar,
teniendo lo que andar ha gachado, echándole al costal, los acos, esos eran de doce pies, tenía que ir ya cuando iba llenar el costal, pues tenía que ir haciendo más esfuerzo, mientras que completaba uno llenado el costal y luego se iba a pesar, lo vaciaba y luego otra vez, a volverlo a llenar, en el chile, y era un bote y gase de enteresa, y ya va a vaciar, o un bote, pues agarra poquito, no hay igual que un costal de algodón que tiene doce pies de largo, y tiene que ir llenado para, tiene que ponerse llenado y el chile, llena un calastro, un calastro así, y va y vacía, en ese tiempo uno descanza, se va viene y llena otro y va y vacía, es otro descanso, y en la pizca de algodón no, hasta que
no llena uno el saco, hasta que no llena uno la saca, tiene que ir a vaciar, por eso pienso yo que para mí es maldiviano la pizca menos pesada el trabajo en la pizca del chile, como todo, todo el salario ha subido, más o menos, bueno el queso en pizcador de chile puede ganar más que el algodón, como también el algodón el que es el que es bueno para piscar pues también gana bastante, en aquel tiempo, pero en aquel tiempo, usted sabe que ahorita todo todo está más caro y gana uno más pero está más caro y en aquel tiempo del algodón gana uno ponga, le hay 350 libras, supongamos, eran 7, 7, 50, este 6, 6, 50, y 6, 60 por 5, entre 6, 6, 6, 6, 70, pero entonces en ese tiempo con 6 dólares de mandado de
producción el hombre ya ya duraba para la semana y ahorita puede ser que gane en el chile acá a los que, los que hacemos más malos que gane unos, unos 40 pesos, unos 40 dólares o 35, pero a usted comer, no más en, en 3 comidas son, no más bajita, la mano se son como, como 15 dólares, por eso digo que más o menos, en aquel tiempo una camisa de estas, una por si ya se fue, un dólar, un pantalón de mezclilla, 2,98, todo está mal, ahorita va a comprar un pantalón cuesta de 17 a 25 dólares, un pantalón de mezclilla
como es que más o menos, bueno siempre, para mí se me hacía que rendía más el dinero en ese tiempo, para muchos el programa representaba una oportunidad para ganar dólares y apoyar a sus familiares en México, en Texas y Nuevo México, algunos veteranos del programa de los brazeros guardan buenas memorias de su experiencia, pero una excepción fue en el pueblo de Pecos, Texas en los años 50 y 60, no iba a hacer nada, no, pues se iba a venir como poquito de marqueta, sin dinero, adoro, ahí había miles de gente en el campo, muy grande, era papá y hijo, la chendri company, pero mucha gente demasiado que va a arrobarlo,
como se llevaba los hombres dentro de las paracas? no, no, ahí era un desastre, se robaba la mercancía uno al otro, escuchar atrás de este, de tenedores, platos, todo se robaba ahí la gente, estaba pues todo amontonado ahí, muchas estufas, camas, camarotes, hasta de a tres, así empalmado, uno tan alto así, otro más alto y otro más alto, pues era muy duro, muy duro para estar en las compañías, lo más fácil era estar con un ranchero chico que con las compañías grandes, estaba muy chiquita ahí, estocto, no hace una callecita y Pecos estaba más grande, muchas muchas muchas muy bonitas, ahí nos cobraron una cuadra, pues bailar la pieza, pues me acuerdo que este era la como se llamaba, esta la
mesera, esa que dice en una fonda chiquita, que parecía el restaurante, ahí fue la primera vez que yo vi que cayó una nevaro muy grande, que salíamos y les tiramos a los candiles de la barraca, así, así lo ponemos el candil calentar en una cubeta para que se decisiera la nieve, así, ha sido mucho frío, sí, hace mucho frío, duramos como ocho diez que no salíamos para fuera y el patrón no llevaba unos borregotes así y vésos para comer, eran muchos, eran como unos 100, la barraca estaba grabada muy grande, la barraca, pero no nos gustaba la carne, no estaba muy buena, la carne, no tenía sabor, la carne, no, que poníamos sal y no agarraba la sal, encerrados en los barracas que no salimos,
ah jugando la baraja, oyendo música, para unos jóvenes el programa de los brazeros fue una aventura, para otros fue difícil separarse los familiares por temporadas largas, las tardinos niñas trabajó hace muchos años como brazeros, actualmente vive en el sur de nuevo México, siempre fue duro, porque el brazeros de brazeros se sufre, se sufre mucho, no es igual, porque el brazeros va a solo a trabajar, no puede llevar su esposa, no puede llevar como ahorita, por ejemplo el que está legalmente se va a una canería que le nombra, por ejemplo, va a una matanza, lo que sea, y si su esposa su familia está
al lado, pues puede arremarla, pero el brazero no es el sistema, el brazero tiene que quedarse en su familia, en su casa, y el sale si acopla bien, a donde llegue, que hagas en los trabajos como el patrón le conviene, y si no pues abandona el trabajo, o no hace por cumplir lo que es el programa en lo que es la 45 días o 3 meses, todo eso, el brazero se ayuda uno, pero abarse de sacrificio, porque el brazero tiene que trabajar, tiene que hacer su comida, tiene que el abarse, que vayas, y si no se mueve uno, pues es una escoria, y claro, pues se comienza el racismo, porque la presentación del brazero no puede ser igual a la persona que está establecida, para mí era muy duro, por ejemplo, porque está uno de brazero, el día que le dan el cheque está pensando uno, ya lo voy a mandar, le llegará, no le llegará, o todo eso, la familia también está sufriendo, porque lo está esperando,
y todavía le llegaba, por ejemplo, el caso de mi esposa, le llegaba el chequecito que le mandaba yo, y no le podía comprar lo que los niños necesitaban, porque decía a la mejor tu padre no nos manda la otra 15, o la otra semana, y hay que tener comida, él no sabe que no tenemos, entonces no te puedo comprar lo que necesitas, lo que mereces hasta que no te llegues, ya llegaba el otro chequecito, pues ya les compraba el zapato, les compraba la camisita, y pues a guardar un poquito, porque iba uno del que se iba de brazero, no tenía punto en su país de origen, en su pueblo, porque no tenía méritos, cómo iba a trabajar, si ya nada fuera, entonces no tenía patrón al venir, tenía que estar diosioso, si tenía que comerse, lo que había logrado juntar, si no lo cuidaba uno, señor era un sacrificio tremendo, desde el punto de vista de los grajeros, el programa
de los brazeros fue bueno, por ejemplo, Karl Fobio, un regente actual de la Universidad Estatal de Nuevo México, dijo que casi todos los agricultores del valle de la Mesilla de Nuevo México utilizaron a los brazeros, en su opinión fue el mejor programa de existencia extranjera que realizó el gobierno estadounidense para México. La organización de rancheros, aquí en el condado, el burro de granjeros del condado de Doña Ana, fue el agente para traer a los brazeros de los centros de recepción en el paso, y contratarlos a los rancheros individuales quienes les daban vivienda y les cuidaban en sus granjas, hasta que su contrato de trabajo se vencía y fueron regresados. Soy pronto, aparecieron conflictos alrededor del programa de los brazeros. El gobierno mexicano se quejó de los salarios bajos, que en la mayor parte de los años
en cuenta, y a principios de los años sesenta, se estancaron a dos dólares y cinco centavos por cada 100 libras de algodón piscado. En los Estados Unidos, los algodoneros enfrentaron al departamento de labor, cuyos inspectores debes en cuando multaban a los patrones por violaciones de las reglas de vivienda y contratos, el granjero, Carl Fobion. El intento total y original del programa brazero fue maravilloso, y si hubo problemas como resultado, la administración del programa brazero fue asignado al departamento de labor, y ellos con sus sabiduría burocráctica decidieron que los brazeros necesitaban todo tipo de protección. Entonces, establecieron normas para la vivienda. Estoy seguro que sus intenciones fueron buenas, pero no fueran prácticas. Tenía requisitos de que tantas plujadas cuadradas
tenía que tener cada ventana, y un número terminado de ese espacio de pies cuadrados en cada vivienda brazero en el donde se hospedaban. Si uno realmente aplicaba a todos sus requisitos que ellos exigían en nuestras propias casas de ese entonces, ni nuestras casas personales hubiesen pasado en muchos casos. Después de la Seguinta Guerra Mundial, otros cambios importantes llegaron al reino del algodón. Como muestra de esta película, el uso de pesticidas sintéticos estaba de moda. En el algodón se utilizaron el DDT, gutción, y se vin para combatir plagas de gusanos y el picudo, el enemigo mortal de la industria. Estos químicas surgieron de los laboratorios de los científicos que buscaban métodos avanzados para derretar a los ejércitos de países enemigos. Después, junto con las universidades, compañías como
el dao, chemicals, monsanto, y otros promovieron activamente el uso de estas químicas. El exbracero Antonio González recuerda los aviones que rociaban los pesticidas. Andábamos en un cuadro enseguida, no andábamos allí, pero a veces andábamos en otro cuadro que seguía. Siempre, usted sabe que cuando levanta el avión suelta el veneno, y ahí veces que no lo suelta a la orilla, sino que lo suelta más allá, si se sentía muy feo eso de la roma. Se utilizaron los pesticidas muy frecuentemente en los años 50 y 60, y hasta la fecha. Más tarde, se dieron cuenta de los efectos negativos en la salud y en medio ambiente. Impulsados por la llamada revolución verde y la mano de obra mexicana, creció de una manera impresionante
la industria algodonera. Solo en el estado de nuevo México cosecharon unos 300.000 acres de algodón a principio de los años 50. El algodón fue el ingreso de oro de los pueblos durales de las cruces Hatch, Demon, Roswell, Articia, Socorro y otros. Paso a paso la cultivación de algodón vivió una impresionante mecanización. En los campos las máquinas reemplazaron a los piscadores. En los molinos y las bodegas, máquinas nuevas hicieron el trabajo de los hombres. Este proceso ya estaba instituido en el año de 1964, cuando el Congreso de los Estados Unidos terminó formalmente con el programa de los brazeros. Al mismo tiempo, el fin de este programa permitió que surgiera un nuevo movimiento campesino. En la entrada de los brazeros, bajo el contrato, incluso con los indócomentados que formaron
la mayoría de los trabajadores agrícolas en el algodón en el estado de nuevo México entre principios de los años 40 hasta que se mecanizó la industria a principios de los años 60, las condiciones bajaron. En los años 40 y 50, en general, condiciones en Estados Unidos para trabajadores mejoraron. Oye, es decir, la condición del trabajador industrial, de la gente, de las oficinas, todos experiencias, pues todos conocieron una situación de mejoramiento. Fue la época de la Pasa Americana, en estadounidense, digo, y el único grupo que no mejoró su situación fue el trabajador agrícola y eso fue en particular porque usaron los distintos grupos para luchar entre ellos dentro de la
situación agrícola, o es decir, los México tejanos contra los brazeros, contra los mexicanos indócomentados. Además, eso fregó al movimiento obrero dentro de la industria agrícola hasta que terminó el programa brazero en el año 1964, al año siguiente empezó la huelga de la uva en delano California, y eso en particular todos sabían de que cuando terminó el programa brazero en 1964, había posibilidades de organizar. Sí que vivo pero reducido el reino alcoholonero, cerca de las ciudades del paso y las cruces, hay nuevas colonias y viviendas en lugar de extensos campos de algodón, Olga Hernández
ha visto los cambios en el pueblo de San Elisario en Tejas. He cambiado en que ahorita hay muchos automóviles, tactores, ya no se haran las tierras con un caballo o una mola como antes. Ahora todo el mundo tiene la crecida en los treintas, no todos tenían la crecida, no todos tenían agua potable. Los jóvenes ya no les gustó ser agricultores, ya ahora ya quieren, bueno, van a ir a colegio ya son ingenieros, ya son doctores, abogados, como le digo, han vendido las tierras y ahorita hay mucha gente que son nuevos aquí, no son originales, venidos tal vez de México, la mayoría de México, hay algunos que vienen de la India y han complado aquí, terrenos
y tiendas, bastante negocios, no digo que aquí en San Elisario, pero en otros pueblos. Pero sí se ha vendido la tierra y ya no es agricultura, ya ahora es residencia. Ahora todo esa maquinaria, un solo hombre puede manejar cien a crece de tierra, porque por ejemplo las máquinas de empacar, un hombre en esas máquinas corta la alfalfa, la rastrilla, la empaca y la carga en las trocas, un solo hombre, la maquinaria ha cambiado todo y los hombres se han ido a las fábricas, a ganar más dinero, los ciudadanos de aquí de creintes de San Elisario o no trabajan en los ranchos, en los ranchos trabajan a la gente que está
viniendo de México. La industria algodonera del suroeste ha dejado muchas huellas para el nuevo millenio. En primer lugar la mano de obra mexicana, contratada a través del programa de los brazeros, fue el puente de una migración hacia los Estados Unidos que continúa hoy en día. Los paisanos de ciertas regiones como la laguna en Coahuila, delicia si coautemos que el Chihuahua, México, siguen yendo a Texas y nuevo México, el doctor de las Valdes. Se ve una un movimiento migratoria no sólo hacia el sur de nuevo México, en lugar donde
la mayoría de brazeros venían, sino hasta el centro, hasta el norte del estado de nuevo México, se ve por ejemplo lo más visible en la ciudad de Albuquerque, una migración, una ola de migración tremenda de mexicanos, es la zona de migración más importante en la fecha de mexicanos hacia el estado de nuevo México y muchos de ellos eran brazeros y sus familiares, además venían de pueblos de ciudades donde antes venían brazeros, o es decir, fue parte de la cadena que empezó con los brazeros. Realmente, hay varias familias mexicanas en Estados Unidos que se establecieron a causa de los pasos de la generación de los brazeros, Marta Jiménez, la hija de Bernardino Núñez vive también con su familia en este valle en H.N. México.
Queremos, primeramente, que nos lograrlo básico, lo que necesitamos. Y cuando tengamos lo que es la carretera, el gas, el alumbrado, porque es muy largo, no lo vamos a conseguir en dos, tres años, sé que es largo, podemos trajarla mejor hasta ocho años para lograrlo, pero si queremos aquí mismo tener una iglesia, tener un parque, grande también para los niños, tener un centro comunitario y seguir trabajando con las personas que viene. Según Valdés, la declinación de la industria algo donera y el fin del programa de los brazeros también contribuyó a otro fenómeno significativo en la frontera de México y los Estados Unidos, las maquiladoras. Cuando empezó el programa de la maquila en el año 65, fue en parte para responder al desempleo de los brazeros, cuando terminó el programa, la idea fue de construir una industria internacional a los dos lados de la frontera.
Por ejemplo, en el paso de Juárez construir una fábrica en México, en Juárez, otra en Estados Unidos, en el paso, y construir cierta cosa con la industria para México y para Estados Unidos, los trabajadores iban a ser, por el lado mexicano, brazeros, por el lado estadounidense, México, americanos, en particular, y otros pobres, desempleados. En realidad, así no fue. La producción fue no para México y Estados Unidos, sino sólo para Estados Unidos, o sea, el punto de producción fue en México y de consumción de compra, fue Estados Unidos tercero y lo más interesante es que el trabajador fue la mujer, o es decir que el brazero casi no había una parte, no tomó una parte de la industria maquila.
A más de 30 años después del fin del programa de los brazeros, algunos expiscadores de algodón se refugían en la frontera, aquí, en el centro de trabajadores agrícolas fronterizos de el paso, muchos sufren de problemas de salud, aunque el reno del algodón logró realizar la prosperidad para unos, dejó a muchos sin nada. Muchos obreros no recibieron pensiones por sus largos años de trabajo, algunos, como Roberto Moreno, todavía tratan de hacer un poco de trabajo, cuando pueden, 45 años después, todavía buscan el sueño del algodón. Sí, todavía, pues todavía puedo trabajar, pues, como me dijeron mucho, me dijeron un doctor que no trabajara donde había mucho polvo, o así, microbio, usted sabe, donde el veneno y todo eso, porque para la enfermedad que tengo, me hace mucho daño, ¿verdad?
Y por eso también no me he querido mover, ¿verdad? Porque quiero primero ver si agarro un buen médico para atenderme de él. Lo mismo que donde hay gente, Agina, que está fumando y todo eso, no puedo estar, porque estoy agarrando todo esto. Y más antes sembraban era lo que sembraban mucho el algodón, ¿verdad? El algodón era todo y todas las tejas por el algodón, ¿no? Pues ahora ya, como por ejemplo, y ahí en la mesa tejas que le nombran la mesa, pues ya la mayoría siempre anchiles, todo eso renta la labor pa'chile, pues todos voy a bajar mucho el algodón, ¿verdad? Ya es raro, ahora el que ya no siempre agarca, no siempre renta pa'chiles, siempre cacahuate, o sandillas y todo eso, y más antes, ¿no? Toda la labor de por algodón. Una mañana muy primorosa, como una rosa, yo te soñé, como eres blanca, ojos de
Dios a entre las flores, yo se vese. En Río Grande hay un paraíso y es una ruta que conocí. El oro de Acala, el reino de algodón del Río Bravo, es una conducción de porupio Tutasen, que el cual es completamente responsable de los contenidos de este programa. El libreto fue escrito por Ken Patterson y Orlando Troncoso, el ocutor es Jesús Guzmán. Agradecemos especialmente a Marcos Martínez y Henry González. Este programa fue patrocinado al parte con fondos de los consiglios de las humanidades de Tejas y Nuevo México.
Apoyo adicional viene de KUNM, FM, de Albuquerque, KTP en el paso. Para más información vea nuestra página del internet en la dirección siguiente www.catangistory.com. Otra vez, la dirección es www.catangistory.com. Para copias de cassette, llame los EEUU a 5.05.277.37.79. número es 5 0 5 2 7 7 37 79 para Board Views 2000 yo soy Jesús Kuzman. Escucho usted en edición especial de línea abierta el documental el oro de acala el reino algodonero del río grande si tienes de algún comentario o pregunta por favor ya menos al 1 8 3 45 46 32 o 1 834 línea.
línea abierta es un programa de discusión y comentario producido por radio bilingüen en fresno california con auspicio parcial de la corporación para la discusión pública y la fundación california en daumen productora María heraña productor ejecutivo Samuel Orozco publicidad hevatores Vasquez conducción técnica Jorge Ramírez asistentes de producción Jessica Hernández y José Anjiano las opiniones que escuchó son exclusivas de sus autores escucho usted satélite radio bilingüen al
brightest al al a los a
Series
Línea Abierta
Episode
Acala Gold: The Rio Grande Cotton Kingdom
Producing Organization
Radio Bilingue
Contributing Organization
Radio Bilingue (Fresno, California)
AAPB ID
cpb-aacip-b3c7859dc73
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Description
Episode Description
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Episode Description
This Spanish-language version of a 55-minute documentary examines the hidden history of the Texas-New Mexico cotton kingdom from World War I to the present. Topics discussed included the impact of Elephant Butte Dam on Hispanic lands in New Mexico, farmworker strikes near Roswell NM., and El Paso, Texas, during the 1930's, the bracero program and the development of Acala 1517 cotton as a high-quality cash crop in the desert valleys of the rare, exclusive oral histories from ex-braceros and farmers and commentary by scholars Dennis Valdes and Yolanda Leyva. A production of Kent Paterson and Borderviews 2000, partially funded by the Texas Council for the humanities, the New Mexico Endowment for the Humanities and KUNM-FM, in Albuquerque, New Mexico.
Broadcast Date
1998-12-09
Asset type
Episode
Media type
Sound
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Credits
Producing Organization: Radio Bilingue
AAPB Contributor Holdings
Radio Bilingue
Identifier: cpb-aacip-52ac04c906a (Filename)
Format: Audio cassette
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Citations
Chicago: “Línea Abierta; Acala Gold: The Rio Grande Cotton Kingdom,” 1998-12-09, Radio Bilingue, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC, accessed May 12, 2025, http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-b3c7859dc73.
MLA: “Línea Abierta; Acala Gold: The Rio Grande Cotton Kingdom.” 1998-12-09. Radio Bilingue, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC. Web. May 12, 2025. <http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-b3c7859dc73>.
APA: Línea Abierta; Acala Gold: The Rio Grande Cotton Kingdom. Boston, MA: Radio Bilingue, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC. Retrieved from http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-b3c7859dc73