thumbnail of Viñeta Rústica; Memorias de una Cotorrita Criolla - Navidad de ahora
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"Viñeta Rústica". Escribe Abelardo Díaz Alfaro. "Memorias de una cotorrita criolla". Navidad de ahora. Cotorrita, no sé si podemos, si nos merecemos la Navidad. Navidad es nacimiento, es alborada, nueva vida. Es un niño que nace en un pesebre para redimir un pueblo, no políticamente sino en el espíritu. Los hombres siempre han estado divididos, unos a favor, otros en contra.
Las guerras más cruentas son entre los de la misma raza, el mismo pueblo, la misma sangre. Entre los pueblos, las naciones surgidas del padre Abraham de Jacob, las contiendas fratricidas son interminables. Y el que nació en un pesebre, que no fue Santa Claus, vino a unir a los hombres, que se amaran como a sí mismos. Navidad… ¿Qué se vuelve la Navidad ahora? En una especie de farsa, carente de sencillez, de candor, de amor. Es más, ni se nota ese ambiente que precedía la Navidad. Todo es ataques, violencia, política, crímenes, asaltos. Si regresara Cristo, creerá que ha fracasado. Está Erodes, pero más poderoso. Y César.
Según dice el rezo, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos ¡Esos son los que más abundan! Yo tengo mis propias ideas. No sé por qué le tengo más repugnancia a Pilatos, que a Judas. Aquí nos pasamos, Cotorrita, lavándonos las manos ante todos los problemas, posponiéndolos, soslayándolos. No tenemos el valor de afirmar, que es producto de siglos de colonia que pesan sobre nuestras conciencias, nuestras almas. Soslayamos uno de los mandatos más ineludibles. "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Uno tiene miedo de decir la verdad, porque lo que es verdad para unos, para otros, no.
Lo que pide el nacido en pesebre es que digas tu verdad, lo que tu piensas, lo que sientes, y primero, que te conozcas a tí mismo. El que no se conoce a sí mismo, y no es honrado con su conciencia, ¿qué puede mandar? ¿Qué puede ordenar o predicar? Se practica con el ejemplo. El Jíbaro dice, "las palabras se las lleva el viento". Es la palabra unida a la acción. El nacido en pesebre predicó el amor, y era el amor mismo, el sacrificio, y su vida fue toda de pobreza, y vivió entre pobres, desvalidos, enfermos. Fue médico de almas. Eso es lo que tenemos, el alma enferma. Siempre con los números, nos quieren convencer con pruebas fatulas, que vivimos más tiempo con panaceas, con paliativos, con los antídotos de gérmenes, bacterias. La cirugía ha mejorado notablemente, pero a la conciencia con cáncer, al espíritu no llega el bisturí.
El hombre padece de la psiquis del alma. Las vidas son purgatorios, y él pedía la vida abundante. La vida de amor, paz, sacrificio. Cristo no era fanático, era sí a veces implacable con los viles, los que, conociendo el bien, actuaban mal, como los que pecan con conocimiento de causa. Con los humildes, los ignorantes, los enfermos, los ciegos, los paralíticos, era toda ovación, entrega, amor. Y no curaba como dicen algunos, para esconder su falta de emoción objetivamente. Hasta llora sobre Jerusalén, ni redenta, y cuando muere Lázaro, y esas lágrimas conmueven. Porque en ese momento, eran seres humanos. "Toma tu lecho y anda".
Y lloró en la cruz ––no por él–– y se desesperó un momento, y clamó a los cielos, "¡Dios mío!" "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" La frase que está en los labios febriles de P.H. Hernández, ese gran poeta criollo, “Elí, Elí, ¿lama sabactani?” Ahora viene la farsa. No digo para todos, porque aún queda ese espíritu cristiano en mi pueblo. Es como una tregua de recordación, de un hombre que vino al mundo a dar el mensaje más hermoso. De lo que es la vida, de lo que debe ser la humanidad. Vino al mundo en un pesebre. Hizo el bien, predicó el amor, la bondad, y murió en una cruz. Y uno dice, “¿por qué?” Porque decía Rubén Darío, "la vida es dura, amarga, y pesa".
Y él vino a aligerar esa carga, a darle un sentido a la vida, un valor a lo esencial, no a las cosas que llamó "de añadidura". Sí, hay vidas que parecen hechas retazos o remiendos. No son vidas de un solo hilo. Hombres que son, y no son, que están y no están, que hoy son una cosa, mañana otra. Tienen dos caras como Jano, o camaleónicos que mudan de color, de matices, por conveniencias. Sí, Cotorrita, ¡tú no tienes la culpa! Porque mi pluma ––que no es tan linda como la tuya––, adquiere matices airados, se violenta, con ciertas cosas en mi tierra. Por eso apelo a tí, recurro a tu candor e inocencia porque eres un ave, ¡Ave María!
Sí, conmovedoras, enfática sus palabras, mirad las aves de los cielos, mirad los lirios del campo, y vengo a ti con mi cara de pesadumbre, a este monte que pido que alguien declare sacro, como Sión, como el Carmelo, como el Latín. ¡Mi vida no es camino de rosas! Nunca le hablo a los niños de mis triunfos, sino de mis derrotas. Nada se me ha hecho fácil. El camino ha sido escabroso, duro, pero siempre he mirado las cimas, los árboles, los ríos, el mar, las nubes, y me olvido de mi dolor. Y creo casi diariamente, y hablo para desahogar dolores íntimos de esas tragedias que el hombre no puede expresar porque el labio se torna torpe.
Y a mí me dio el don de hablar, de escribir, de dibujar. Torpe en ciencias y en matemáticas. El mismo Jesús no quería hacerlo todo, y quedarse con todo, como algunos en mi tierra. Se llamó pastor. "Yo soy el buen pastor". Y el buen pastor su vida da por las ovejas. Y él era el camino. Y él se consideraba como un pescador y un alfarero. Se comparaba con los artesanos, y ahora todo el mundo quiere ser “profesional”. Y la profesión más alta, es la de ser hombre. Y hombre bueno, servidor de la humanidad, que estamos cansados de explotadores que se lucran del dolor del hombre, de su penuria. ¡Tú los conoces! Y yo, Cotorrita. Andan con altoparlantes proclamando sus virtudes, se blasonan, y si uno los juzga por lo que dicen, por el juicio que tienen de sí mismos…
¡Está uno ante Santo Tomás, o San Francisco de Asís! Pero no sigo, Cotorrita, porque quiero que en estos días mi pluma sea como la tuya, y así mis estampas inspiradas en la Navidad. Mis Navidades pobres del barrio Savarona, Campo Alegre, del Melado y Palmer en Toa Alta, de la Joya del Castillo, o Machuelito de Ponce en Galateo, ¡que navidades más pobres! ¡Pero qué lindas! No podías pedir mucho a los reyes, bueno, porque eran pobres. Muchos de los juguetes eran construidos por Don Feliciano, el carpintero, o por su hijo. Antes se miraba a los cielos. Los niños, los niños no miran el cielo porque… ¡porque ni lo pueden ver! Yo abría la ventana en el barrio Savarona, el Guanábano contra la noche parecía un arbolito de Navidad.
Nos había enseñado la Pepa de las tres estrellitas. De allí partían Los Reyes Magos, y yo los veía, los miraba caminar la Vía Láctea, así como los tallaban los anteros. Y los veía venir con gran cautela, y mi cajita de cartón estaba debajo de la cama. Yo abría la ventana, porque me era difícil concebir que Los Reyes se volvieran diminutos para penetrar por el ojo de la cerradura. Oh, ¡Señor! Aprendí la conformidad, la humildad. Día del niño Jesús, día de reyes. Que para mí no eran de esos reyes, de esos reyes que siempre están en guerra. Y me dormía soñando… Y me parecía escuchar antes de dormir, "¡Gloria Dios en las alturas, y en la tierra, paz!", y luego, noche de paz.
Noche de amor. La noche era distinta. ¡Tan distinta a la de ahora! Las cenas, ¡oh, las cenas! ¡Las casas! Las casas eran más pobres, porque esos entendían mejor el nacimiento en un pesebre. Yo lo entiendo mejor, porque tras de mi casa en Savarona había un pesebre, un pesebre que tenía mulas y bueyes, y por eso veía como un diamante, un girasol, la Estrella de Oriente, como cantaba el trovador Chuito. ¡Oh, Cotorrita, Cotorrita! Tú pareces un gatito verde, tornasol, azulado, pareces un regalito de Navidad.
Han escuchado "Memorias de una cotorrita criolla" en "Viñeta Rústica", que escribe Abelardo Díaz Alfaro.
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Viñeta Rústica
Episode
Memorias de una Cotorrita Criolla - Navidad de ahora
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Chicago: “Viñeta Rústica; Memorias de una Cotorrita Criolla - Navidad de ahora,” WIPR, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC, accessed November 21, 2024, http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-4a7ac2f798d.
MLA: “Viñeta Rústica; Memorias de una Cotorrita Criolla - Navidad de ahora.” WIPR, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC. Web. November 21, 2024. <http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-4a7ac2f798d>.
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