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"Libros, Autores y Personalidades", un programa al servicio de la cultura del país, que escribe José Juan Bosham. Saludos. Hay algunos aspectos en la vida de Eugenio María de Hostos, que quiero que ustedes evoquen. Me limitaré a su sentimiento amoroso y a su sentimiento patriótico. Me parece que nada más equivocado el pensar que Hostos fue espíritu exclusivamente razonador, espíritu frío, impasible, insensible a la llamada de la pasión. Hostos siempre escuchó la voz de la pasión, que siempre le llamó desde el fondo secreto de su conciencia y de su corazón.
Lo que sí pasa en Eugenio María de Hostos, es que no se da la pasión desmedida, caótica, sino la armonía de una pasión espiritualizada que brota tanto de las emanaciones de su intelecto, como de los efluvios de su gran corazón. Pero dejemos escuchar la voz de Eugenio María de Hostos a través de sus páginas íntimas y lo podremos ver con mayor claridad. Vamos a escuchar la dedicatoria que escribió dos días antes de su matrimonio en el libro "Vida y Viajes de Cristóbal Colón, de Washington Irving", con qué obsequiara a Inda, su futura esposa. Inda, como le llamara Hostos, o Belinda Otilia Ayala, era hija del segundo matrimonio de Doña María Guadalupe Quintana con el Dr. Filippo de Ayala, quienes rechazaban a Hostos por la extrema pobreza en que este vivía. Escuchen esta carta que acompañó a los hechos:
"Como Colón, vamos a embarcarnos para un mundo desconocido. Ya se va el equipaje, ya se rompen las ataduras materiales que nos ligan al lugar en que hoy estamos, y al estado en que hasta ahora hemos vivido. De aquí en adelante, los dos solos ante la conciencia y la responsabilidad del deber buscado y aceptado en el fondo secreto de la conciencia. Como Colón, lo desconocido por delante, la oscuridad en medio, la tristeza del pasado, allá atrás. Si llegamos a donde queremos, ¡un nuevo mundo de ventura! Si no sabemos llegar, un mundo nuevo de infortunios. Colón supo llegar a Guanahani. Amparémonos en su noble vida y aprendamos en ella a llegar al término del viaje. Yo estaré siempre contigo, Inda mía. Apóyate bien en mi brazo y en mi seno y llegaremos. Eugenio María".
O dejemos que Manuel Ciaca Martínez nos lea esta otra carta que Hostos escribe en junio 14 de 1878 desde San Thomas a su esposa. "Que Luna estamos perdiendo amada Inda. Parece que no brillas sino para recordarme las veces que a su dulce luz, he buscado y encontrado mi cielo en el fondo de tus ojos. ¿Te acuerdas de la poesía, que repuesta ya de uno de tus continuos sobresaltos, improvisabas en el inolvidable balcón que deberíamos olvidar en Margarita? Tal, y tan blandamente como ahora, brillaba esa luna confidente. Brillaba más porque yo la miraba a través de tus ojos fulgurantes. No sé por qué es ese, y no otro, el recuerdo que me trae ahora la luna. Sí, lo sé.
Es porque recuerdo perfectisimamente que en aquella y en otras noches de aquella luna, tu cuerpo, tu dulce rostro, tu amadísima figura, tomaban a la luz de la luna la transparencia celeste que toma en la memoria del corazón la imagen del sérido [latrado]. Entonces, estando tu a mi lado me parecías lejana como las cosas sagradas, estando hoy lejos, te acerco con los ojos de la imaginación y te me aparece en el rayo de la luna con la misma transparencia celeste que entonces tomabas. Si hubieras venido hoy, y a estas horas contemplaras conmigo esa luna amiga, ¡qué gran aniversario estaríamos ahora celebrando! ¿No te acuerdas? Es 14 de junio, aniversario de la reconciliación con tu familia. Es la noche del 14, recuerdo aquella noche primera en que nos vimos después de la horrenda lucha. Ah, Inda, pobre Inda, alma Inda…
¡Cuánto ha sufrido tú por mí! Pero ¿a qué entristecerme con recuerdos negros? La noche es azul, noche de esperanza y de ventura. ¿No has gozado también por mí? ¿Cuándo hubo amantes que tuvieran un gozo más noble, más puro y delicado que el nuestro, en aquella noche memorable? Apenas nos hablamos. La lengua es intérprete torpe de los sentimientos muy profundos. El corazón lo sabe y la inmoviliza. Callábamos con la lengua, pero hablábamos con los ojos y no nos cansábamos de mirarnos. Yo a ti no puedo, no sé, nunca sabré decir con qué ojos te miraba. ¿Los del amor, los de la admiración, los de la gratitud, los de la piedad reverente y religiosa? Todos los ojos que tienen las almas para las virtudes, todos te miraban desde mi alma. Gran mérito tuyo Inda, completa de mi alma, que hoy después del año más duro que dos almas unidas por el amor pueden pasar,
tenga yo los mismos ojos para ti. Ojos más reverentes aún para tu virtud. Ojos más cariñosos aún para los dulces atractivos de tu alma amante. Ojos más enamorados aún para la noble compañera que ha sustituido aquella adolescente valerosa que hace un año salía del borde de la tumba por el mismo afecto que la había puesto al borde de la tumba. Y que un ser como tú haya ––gracias a tus padres–– tenido que sufrir lo que después sufriste. Mira, Inda mía, lo que es el bien, ¡lo que eres tú! En tanto que sin saber lo has pasado como un ángel por encima de todas las impurezas de la realidad. Yo, que he estado viendo los efectos que produjo la conducta de tus padres, he arraigado en mi conciencia maravillada a una fe tan absoluta en ti, que muchas veces al pensar en tu amor consagrado por nuestros infortunios
quisiera someterme por ti a la prueba del fuego, y en vez de quejarme, gritar alborozado “¡como mi Inda, ninguna!" Una vez que perdió Hostos la fe en lo que España podía hacer por las Antillas, se lanza a la lucha revolucionaria. Recordemos que en los años de 1868 y 1869 estuvo laborando por conseguir reformas liberales. Pero al lanzarse a la lucha revolucionaria y oponerse a España, no se entregó a los brazos del anexionismo con los Estados Unidos, como lo hicieron otros. Vamos a leer un fragmento de El Diario para ver cuál era su pensamiento en relación con el anexionismo. "Yo estoy en Nueva York para hacer la revolución de Puerto Rico y contribuir al desarrollo de Cuba.
No hay uno solo que vea con más claridad la cuestión, ni que tenga para ella las soluciones que yo querría realizar. Pues, sin embargo, no hay uno solo que no sea más útil que yo. Yo traigo mi pensamiento organizado y no consiento alteración en él. Las Antillas tienen condiciones para la vida independiente y quiero absolutamente sustraerlas a la atracción americana. Los otros creen que solo se trata de libertarlas y libertarse de la opresión de España y conculcan la lógica, la dignidad y la justicia, con tal de conseguir su fin. Yo creo que la anexión sería la absorción, y que la absorción es un hecho real, material, patente, tangible, numerable, que no solo consiste en el sucesivo abandono de las islas por la raza nativa, sino en el inmediato triunfo económico de la raza anexionista y, por lo tanto, en el empobrecimiento de la raza anexionada. Los otros no hacen estas observaciones minuciosas. Se ríen de la absorción. Tienen dinero, o sueñan en tener dinero y posición,
y se ríen de los fines de la raza y del objeto final de la situación del archipiélago. Yo conozco a los americanos en el momento actual. Son fuertes, son activos, son laboriosos, y aman a aquella libertad de hecho que pone a salvo todas las propiedades, así las del trabajo, como las del pensamiento; así las de la tierra, como las de la conciencia. Educados en la libertad, la completaron en el momento en que conquistaba la Independencia, pudieron por sí mismos ordenar en razón sus instituciones y vivir en razón su vida general. Pero como de todos los pueblos de la tierra es el único que no ha sufrido, es el único para quien todo camino se ha allanado y toda simpatía ha sido activa, y todo obstáculo ha sido un triunfo, le sucede lo que los individuos de vida fácil: que son fríos por ser felices y son ambiciosos por ser fríos. Y es frío porque ha luchado poco, y es ambicioso porque cree ––y le hacen creer–– que la felicidad se aumenta
con la extensión de lo que se cree felicidad”. Han escuchado ustedes "Libros, Autores y Personalidades", un programa al servicio de la cultura del país que escribe José Juan Bosham.
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Libros, autores y personalidads
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Eugenio María de Hostos
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Chicago: “Libros, autores y personalidads; Eugenio María de Hostos,” WIPR, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC, accessed September 19, 2024, http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-2af687941c9.
MLA: “Libros, autores y personalidads; Eugenio María de Hostos.” WIPR, American Archive of Public Broadcasting (GBH and the Library of Congress), Boston, MA and Washington, DC. Web. September 19, 2024. <http://americanarchive.org/catalog/cpb-aacip-2af687941c9>.
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